¡Hola! Soy Saby

Nací el 21 de abril de 1988 en Tía Juana, una pequeña localidad de 40 mil habitantes en el occidente de Venezuela. Desde septiembre de 2017 soy dueña de mi propia compañía, “Uñas y Arte” que define precisamente mi especialidad como estilista de uñas: Plasmar delicados y complejos diseños a mano alzada sobre las uñas de las clientas.

Dibujar es un don que herede de mi madre, y luego una amiga me motivaría a dibujar sobre uñas. Desde los 18 años, he tenido la dicha de trabajar siempre como estilista de uñas. En Ciudad Ojeda, otra pequeña localidad vecina, comencé mi viaje como manicurista gracias a una clientela que me buscaba por mi arte. También seria allí donde conocí a mis mentores (Lucia Berardinelli, Serafino Forlini y William Siu) que me enseñaran a convertir mi arte en negocio.

En marzo de 2015, viaje a México para atender cursos de producción y aplicación de esmaltes. De vuelta a Venezuela, en septiembre, abriría mi primera compañía anónima: “Inversiones y Creaciones Saby”, y así, además de ser manicurista, también me convertiría en empresaria.

Pese a la crisis económica que vivía el país, yo contaba con una clientela pudiente que  lograba mantenerme a flote. Sin embargo, nuevos desafíos surgirían como la falta de productos. En mayo de 2017, daría el paso que definiría mi situación actual: Emigrar a Madrid.

Y así de trabajar en un mercado de poco mas de cien mil personas, estaba llegando a la cosmopolita y multicultural capital española. A la semana, ya tenía trabajo como manicurista. En cuestión de meses, volvería a independizarme para abrir “Uñas y Arte”. Y gracias a la buena recepción de mis clientas, podría llenar agenda en un mes.


Durante la pandemia de 2020, fue forzada a abandonar mi local. Al finalizar el confinamiento, “Uñas y Arte” regresaría a su ubicación actual en Vista Alegre, en la comunidad de Madrid. Y es un lugar con un ambiente acogedor y una atmosfera siempre impregnada de energía positiva.


Al ser “Uñas y Arte” una empresa consolidada, me siento con la confianza suficiente para dar el siguiente paso, expandir la empresa más allá del servicio al cliente y cumplir otro de mis grandes sueños: crear mi propia línea de productos. Para mí, es importante salir de una zona de confort por muy positiva que sea. Moverse es esencial para encontrar las oportunidades que te ofrece la vida, mantener relevancia, y adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad.